Nuestro Faro, que triste que te dejen atado a una barandilla en un puente con una nota. La nota decía su nombre y su edad, no sabemos nada más de él. Tenía un año cuando lo dejaron en la puerta de la protectora como os hemos dicho antes, mucho costó quitarle la correa y hacernos con él.
Es un perro adorable, pero con un carácter peculiar. No le gusta todo el mundo y hay ciertos gestos que no tolera, por este motivo necesita una persona que entienda de perros y que tenga paciencia y tiempo para dedicarle. Cuando lo conoces es, verdaderamente, espectacular.
Le gusta mucho jugar con la pelota y le encanta correr e investigar por el albergue. En la jaula es un perro bastante tranquilo.