Romy y su hermana estaban viviendo en una colonia de gatos, eran muy buenas y la señora que las cuidaba pensó que quizás podrían adoptarlas.
Es una gatita en principio un poco tímida pero que solo necesita que le den un poquito de tiempo y se adapta enseguida porque le gusta mucho que la quieran. No tiene problemas con otros gatos y es muy tranquila.