A Luis nos lo trajeron porque se lo encontraron en una casita, estaba escondido y asustado, era muy pequeño y no sabía qué estaba pasando.
Todavía es muy tímido y desconfiado y no se deja tocar mucho si no le hacemos chantaje con chuches o paté. Con sus compañeros es muy bueno y siempre está tumbado con ellos al sol.