Yaco llegó a la protectora con una cadena colgando al cuello, se había escapado de una masía. Estaba lleno de eczemas y pulgas. Tuvo que estar en tratamiento mucho tiempo, pero ahora está precioso.
A Yaco le encanta salir a jugar con la pelota, no tiene problemas con otros perros, pero va bastante por libre, no se mete con nadie, pero su pelota es sagrada.
Es un perro muy fuerte y tiene mucha energía.
Recientemente le diagnosticaron leishmania por lo que al igual que todos los que la padecen, necesita medicación y control seguramente de por vida.
Esto y su elevada energía debe ser tenido en cuenta para su adopción.