A Tigger lo dejaron cuando desalojaron la vivienda por el centro. Se acostumbró a estar por la calle pero tuvo una pelea con otro gato y tuvieron que quitarle el ojo izquierdo, por lo que era inviable volverlo a soltar.
Es un gato cariñoso y bueno. Se lleva bien con otros gatos, aunque a veces se enfada con sus compañeros de jaula si le intentan quitar el premio.
Es muy buen animal que se merece una oportunidad en un hogar y que, seguramente, lo tendría más fácil si no le faltara un ojo.