Rizos llegó una tarde a última hora. Había estado todo el día lloviendo, estaba perdida, desorientada, daba mucha pena ver como estaba. La encontró una persona por la Masia la Safranera y la trajo de inmediato. No quería comer, no quería que la tocáramos, era muy triste.
Dos días estuvo Rizos triste. Es una perra adulta pero maravillosa. Es cariñosa, simpática y juguetona. Le encanta correr y después de jugar se acuesta en su cama. Es un animal ideal para cualquier familia, de inmediato se hace de querer.