Ricote estaba vagabundeando por la estación del tren una mañana del mes de noviembre. El no se dejaba coger, tenía miedo y quería morder.
Ahora es un perro muy simpático y feliz, sale todos los domingos a pasear con los colaboradores de la protectora, pese a ello tiene un carácter un poco peculiar.
Ricote es un gran perro, pero tiene un carácter difícil, no le gustan otros perros, ni todas las personas, por lo que el adoptante tendría que tener en cuenta que es preferible sacarlo con bozal.